Posturas filos贸ficas del amor馃挀
Los griegos entendieron el amor como una fuerza unitaria y armonizadora. Parm茅nides sugiri贸 que la fuerza que mueve las cosas es el amor.
La teor铆a de Emp茅docles) sobre el origen del universo habla de cuatro ciclos. En el primero todo era permanente y una unidad, en el cual el amor era el soberano y dominador en la lucha. En el segundo ciclo comienza la transici贸n: los elementos se separan por la discordia, pero el amor a煤n puede unirlos en la multiplicidad de seres. En el tercer ciclo, el odio domina y reina la lucha; los cuatro elementos subsisten separados formando cuatro masas homog茅neas. Finalmente, en el cuarto ciclo, considerado tambi茅n de transici贸n, vuelve a resurgir el amor y los elementos se unen nuevamente en diversas formas y combinaciones apareciendo, de esta manera, nuevas formas sensibles a medida que los elementos se mezclan.En su di谩logo El Banquete, Plat贸n describi贸 al amor, siendo 茅ste el primer estudio filos贸fico sobre dicho tema, en el cual se refiri贸 al amor como necesidad, carencia, deseo de conquista (de ah铆 el origen de la frase "amor plat贸nico"), deseo del bien y deseo de vencer a la muerte (por ello, el hombre desea dejar algo nuevo que se le asemeje despu茅s de su muerte). Plat贸n defini贸 tantas formas de amor como de belleza, si bien es la sabidur铆a la belleza a la que consider贸 como la m谩s elevada de todas, fue al amor a la Filosof铆a al que consider贸 como el m谩s noble.
En cambio, Arist贸teles plante贸 que las afecciones del alma, como el amor y el odio, resultan menores en cuanto menor es su uni贸n al alma y al cuerpo, pues pertenecen al hombre como compuesto del alma y cuerpo. El amor es tambi茅n considerado como amistad, por tanto, el amor es un fen贸meno humano. La amistad surge cuando comienza la voluntad de vivir juntos, provocada por la uni贸n del amor al placer,
El amor es una afecci贸n en la cual se unen el deseo y la tensi贸n emotiva. El gozo de la belleza provoca que el hombre sea conmovido por 茅sta, sin ser amor todav铆a. Para que sea amor el objeto amado debe desearse cuando se encuentra ausente o anhelado cuando est谩 presente.
Con el cristianismo, la noci贸n de amor se transform贸 a un mandamiento, por medio del cual los hombres se deber谩n transformar en hermanos (el amor se extiende al pr贸jimo).
Con San Agust铆n, el amor al pr贸jimo se une con el amor de Dios, para formar un concepto teol贸gico en el cual se identifica al amor con el esp铆ritu santo, a Dios padre con el ser y a Dios hijo con la verdad. El amar a Dios, para San Agust铆n, significa amar al amor, sin embargo, para realizar esto, primero se debe amar a quien ama, por lo tanto, el hombre debe amar a otros hombres para poder amar a Dios, formando as铆 un vinculo con el otro. El amor tiende a unir al amante y a lo que se ama, es el principio de unidad, dador del sentido de vida.
Por otra parte, el hombre es la imagen de Dios, aunque imperfecto es bueno, pero por ser limitado no posee todo el bien y para poseerlo debe buscarlo a trav茅s del camino del amor a Dios. El amor es lo que vuelve humano al hombre y para elegir el bien, el hombre posee la libertad que lo conduce al amor. El hombre es alma (que se sirve de un cuerpo y lo gobierna).
San Agust铆n refiere a la existencia de un doble motor de la historia: el amor del hombre y el amor de Dios. Estos dos amores son los fundadores de dos ciudades: la terrestre, que es perecedera y puede sucumbir a la ambici贸n del hombre y al ego铆smo, y la celestial de Dios que es eterna y en la cual el hombre encontrar谩 su salvaci贸n y para habitar en cualquiera de ellas se requiere lo siguiente: si el hombre quiere pertenecer a la ciudad de Dios, tendr谩 que seguir como m贸vil de sus acciones el amor, pero si sigue su propio provecho formar谩 parte de la ciudad terrestre. La ciudad de Dios es trascendente, modelo y orden de todas las ciudades, en la cual, la duraci贸n es la eternidad, el rey es la verdad y la ley el amor.
Despu茅s de San Agust铆n encontramos a Santo Tomas de Aquino, para quien el amor es igual al apetito natural, una inclinaci贸n. La cual es diferente, seg煤n la naturaleza de la que se trate, por tanto existe:
Un amor natural, la inclinaci贸n que Dios ha puesto en los seres creados, es un recto amor.
Un amor intelectual, a煤n m谩s perfecto que el amor natural. Es el que perfecciona, es claridad y virtud. Ves la caridad a la cual defini贸 como la amistad del hombre con Dios, la cual busca el bien de quien se ama sin intentar apropiarse de ese bien.
Cuando el hombre es conducido por el amor y la raz贸n, puede llegar a la felicidad y perfecci贸n es decir, a Dios. Resulta entonces ser el amor la virtud principal dentro de la cosmovisi贸n de Tom谩s c Aquino.
Sor Juana In茅s de la Cruz postula una filosof铆a del amor, exponiendo sus diferentes posibilidades: el amor divino donde refiere a la deidad como "Dios en cuanto a dios" y la separa de la divinidad de las sagradas escrituras; el amor profano donde se exponen las diversas facetas del amor que es capaz de experimentar el ser humano (a los hijos, a la pareja, a si mismo) y el amor al conocimiento, pensamiento que se plasma en su poema Primero Sue帽o. ...es un sue帽o po茅tica de la filosof铆a... aunque su titulo pudiera hacer pensar en la Primera soledad, es lo contrario de las Soledades, por consistir en el relato, completo y sistem谩tico, de una experiencia intelectual de alcance filos贸fico... Este poema, a la vez que filosof铆a en verso, es experiencia viva, narraci贸n y lecci贸n sobre el alcance y los limites de la inteligencia, son hallazgo y aceptaci贸n de un destino personal.Posteriormente entramos a la modernidad, donde, con el cambio de ideas y sobre todo el gran cuestionamiento hecho a la escol谩stica, periodo al que pertenecieron Tomas de Aquino y Sor Juana In茅s de la Cruz, encontramos a Descartes, quien describi贸 al amor como una emoci贸n del alma, generada por el movimiento de los esp铆ritus vitales, por tanto, el amor es una afecci贸n dependiente del cuerpo. Y son estos esp铆ritus, los cuales impulsan la uni贸n voluntaria con los objetos que parecen m谩s convenientes y se consideran buenas.
Leibniz, otro pensador perteneciente a la modernidad, afir-m贸 que al amar sinceramente se busca el placer en la satisfacci贸n que provoca la felicidad del otro y, en consecuencia, ante la infeli-cidad del atro, el sentimiento de dolor se presentaria en nosotros. Et placer que buscamos esta unido a la persona amada.
Para Schopenhauer, la voluntad de vivir es el emblema del amor. En el mundo de las apariencias vive la persona que ama, quien cree satisfacer sus anhelos individuales victima de una ilusion, pero es la voluntad de vida que desea perpetuarse en la especie la que en realidad lo empuja a actuar. La naturaleza utiliza como estratagema al amor para lograr sus fines de conservaci贸n, resultando de ello que el individuo trabaja para la especie, motivado por el amor a realizar incluso sacrificios, con la idea de que lo hace de forma ego铆sta para su propio provecho.
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